La sinceridad de vida lleva a rectificar cuando haga falta
- Una persona que ama la verdad la busca siempre; y como sólo de las verdades de fe tenemos certeza absoluta, porque nos apoyamos en la autoridad de Dios que revela, y del resto, no, en muchas ocasiones descubrirá que se ha equivocado y deberá rectificar.
- Reconocer la propia equivocación -grande o pequeña- es un ejercicio de humildad
- Rectificar con prontitud y alegría es una muestra de amor a la verdad, de humildad y de sabiduría: rectificar es de sabios.